Descripción
La pandemia de la Covid 19 que nos azotó de lleno a comienzos del 2020, tuvo entre sus peores consewcuencias el confinamiento. Meses de encierro involuntario llevaron aparejadas numerosas secuelas personales, profesionales y sanitarias que aún estamos sufriendo. Un shock en toda regla que afectó también a la actividad intelectual. Para algunos fue un período de creación. para otros, una etapa de aburrimiento; hubo incluso -y tal vez sea lo más reseñable- quien descubrió el placer de la lectura.
A lo largo de la historia, los confinamientos han sido habituales por razones sanitarias, políticas y culturales. Sin embargo, es en el Siglo XVIII francés donde encontramos ejemplos particularmente representativos del confinamiento vinculados a la creación literaria. Personajes tan significativos como Voltaire, Diderot, Mirabeau o Xavier de Maistre, pasaron periodos de su vida recluidos en las temibles cárceles parisinas, o encerrados en su habitación. Pero de aquellos encierros saldrían obras excepcionales, algunas de las cuales, como la Encyclopedie, constituyen la génesis de las democracias modernas.
Este ensayo quiere reflexionar sobre el proceso de elaboración de esos libros concebidos en tiempos de angustia y desesperación de sus creadores. Un papel en blanco, una pluma de escribir y un puñado de libros se convirtieron, para aquellos hombres del XVIII, en alimentos espirituales vitales para superar su confinamiento. Así lograron entonces, como nosotros ahora, sobreponerse a circunstancias para las que, por lo general, el ser humano no está lo suficientemente preparado.