Descripción
Ya nadie duda que Pinazo es una de las cumbres de la pintura del XIX español. Pero su obra sigue desconcertando y necesitando nuevas revisiones y análisis críticos. Pinazo no fue en sentido estricto un pintor vanguardista, pero tampoco fue un autor meramente clásico o naturalista. Su pintura desafió todos los cánones de la época y se emparentó con los grandes avances pictóricos de su tiempo, desde el impresionismo hasta los balbuceos de la abstracción. Fue un pintor figurativo y no abstracto, aunque en su uso de la mancha y el dibujo presagia lo por venir. Muchos de sus temas pictóricos parecen encadenarlo al costumbrismo, en cambio su mirada y su pincelada jamás se dejan atrapar por él. Hay mucho de autodidacta en su vida y su obra, sin dejar de ser al mismo tiempo deudor de Goya, de Fortuny y de distintas escuelas valencianas, y maestro reconocido de Sorolla.
También su vida oscila entre opuestos relevantes. Fue un decidido flanêur, al estilo baudeleriano, pero en la Valencia de su época compaginó la ciudad con la huerta, fue un paseante al modo de Walser que intentó registrar en sus cuadernos, sus dibujos a lápiz e incluso sus óleos el instante fugaz y el movimiento de las multitudes, como si fuera un camarógrafo.
En el presente libro, F. Javier Pérez Rojas, acreditado especialista en la obra del maestro valenciano, indaga en los aspectos más controvertidos de la complejidad de Pinazo, reinterpreta muchas de sus facetas, nos incita a ver y a pensar en sus afinidades, parentescos y similitudes con grandes artistas posteriores, mientras nos ofrece una magnífica galería de la obra de Pinazo, formada por más de 250 obras, que por sí solas ya configuran una narrativa expositiva de un pintor que en buena medida aún se desconoce.
Pérez Rojas desvela un Pinazo radical en su actitud frente a las modas de la época, un artista que crece a medida que nos adentramos en su universo pictórico, donde actúa con una libertad que solo encontramos en los grandes maestros.